miércoles, 28 de mayo de 2014

¿Sequía a fines de siglo en un tercio de las tierras por culpa del calentamiento global?

La sequía, entendida como una disponibilidad de agua menor que la necesaria, puede ser fruto de varios factores, como por ejemplo una disminución de las precipitaciones, un descenso de los niveles de los embalses y del manto freático, o un incremento de la pérdida de humedad de una superficie por evaporación, que conduzca a una menor retención de agua.

La mayor demanda local de agua, como por ejemplo por un aumento de la población, o por la puesta en marcha de actividades que exigen más agua, puede también conducir a una situación de escasez de agua.

Todos los factores deben tenerse en cuenta, y el grado de influencia de cada uno sobre la magnitud de las condiciones de sequía puede variar bastante dependiendo de cada zona del mundo.

Para finales de siglo, el creciente calor atmosférico habrá propagado las condiciones secas y de aridez a más áreas agrícolas y urbanas que los cambios en los patrones de precipitaciones por sí solos, según los resultados de un nuevo estudio.

En el ámbito popular, es fácil relacionar sequía exclusivamente con escasez de lluvia, pero, como hemos dicho, son muchos más los factores que intervienen en el fenómeno.


En particular, unas tasas más elevadas de evaporación pueden jugar un papel mucho más importante de lo que bastante gente cree, pues las temperaturas más cálidas son capaces de extraer más humedad de los suelos, incluso en algunos lugares donde se ha pronosticado que como consecuencia del calentamiento global aumentarán las lluvias.

Un ejemplo de la importancia de las tasas de evaporación es el reflejado en el nuevo estudio, realizado por el equipo de Benjamín Cook, climatólogo del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty, adscrito a la Universidad de Columbia, en la ciudad estadounidense de Nueva York, y que también trabaja en el Instituto Goddard para Estudios Espaciales (GISS, por sus siglas en inglés), ubicado en Nueva York.

En este estudio, que ha tenido en cuenta todas las tierras del mundo excepto la Antártida, se ha estimado que el 12 por ciento de las tierras estarán bajo la influencia de las sequías alrededor del año 2100 si consideramos sólo los cambios en los patrones de pluviosidad; pero teniendo en cuenta también las tasas más altas de evaporación debidas a la energía añadida al sistema y a los cambios en la humedad atmosférica, se llega a la conclusión de que las sequías se extenderán hasta el 30 por ciento, casi la tercera parte de la tierra disponible. Un aumento en dichas tasas acarreará un mayor riesgo de sequía incluso en regiones donde lloverá más que ahora y en las que hay inmensas extensiones de tierra agrícola dedicada al cultivo de trigo, maíz y arroz. Entre estas regiones del mundo figuran el sudeste de China y el oeste de Estados Unidos.

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