En estudios anteriores, se determinó que algunos pesticidas pueden incrementar el riesgo de que las personas desarrollen el Mal de Parkinson. Ahora, unos investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), Estados Unidos, han descubierto que la fuerza de dicho riesgo depende del perfil genético de cada individuo que, en la mayoría de las poblaciones expuestas a pesticidas, podría incrementar entre dos y seis veces más las probabilidades de que una persona desarrolle esta enfermedad severa.
Para el nuevo estudio, los investigadores de la UCLA pusieron a prueba más pesticidas, y constataron que once de ellos también inhibían la ALDH e incrementaban el riesgo de desarrollar el Mal de Parkinson, incluso a niveles de pesticida mucho menores que los que se usan actualmente. Así lo denuncia Jeff Bronstein, profesor de neurología en la UCLA y miembro del equipo de investigación.
Un uso inadecuado de pesticidas en campos agrícolas puede haber contribuido de forma nefasta a la aparición de nuevos casos de enfermedad de Parkinson. La ilustración es una recreación artística de una neurona recortada sobre un campo de cultivo afectado. (Imagen: Amazings / NCYT / JMC)
El equipo también descubrió que las personas con una variante genética común del gen ALDH2 son particularmente sensibles a los efectos de pesticidas inhibidores de la ALDH y son de dos a seis veces más proclives a desarrollar el Mal de Parkinson cuando están expuestos a estos pesticidas que aquellas personas que no poseen la variante.
Los resultados de este nuevo estudio se han presentado a través de la revista académica Neurology, de la Academia Estadounidense de Neurología.
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