Crimea no es Rusia. Es Ucrania". Es el mensaje que cientos de personas han lanzado esta mañana desde las ciudades deSimferopol y Sebastopol, ambas de mayoría rusa pero en las que algunas minorías como la ucraniana y la tártara recelan de la idea de anexionarse a Rusia. Queda una semana exacta para un referéndum convocado por el nuevo Gobierno prorruso de Crimea, que ha roto lazos con las autoridades de la capital del país y quiere que Moscú les acepte dentro de sus fronteras.
Casi a la misma hora, en la plaza Lenin de Simferopol, unos 8.000 ciudadanos prorrusos, según informa Efe, se juntaban para gritar el mensaje contrario: que el viejo territorio que durante la URSS fue entregado a Ucrania ha de volver bajo el paraguas de Moscú.
En la marcha de los ucranianos se han visto banderas del país, unas enseñas que han desaparecido estos días de los edificios oficiales de la localidad. Sólo la bandera rusa es aceptada ahora mismo en unas calles donde sólo mandan los militares desplegados por Moscú, los cosacos y las milicias ciudadanas. De hecho durante la manifestación se han vivido escenas de tensión cuando una caravana de coches con banderas ucranianas ha cruzado por delante de la manifestación haciendo sonar sus bocinas.
Un fraude de plebiscito
"El referéndum va a ser un fraude, no es conforme a la ley y tenemos que salir a denunciar esta agresión", aseguraba Anna, una mujer de las afueras de Sebastopol con familia en el oeste del país. Junto a ella había algunos activistas llegados desde Kiev para ayudar a esta minoría, que siente miedo de sacar la bandera de su propio país a la calle. También se han visto enseñas tártaras, una comunidad que supone el 12% de la población de Crimea pero que estos días vive con miedo la agitación prorrusa que ha tomado la calle.
La policía ha custodiado la concentración en Simferopol, dondeapenas se han juntado tres centenares de personas, celebrada junto al monumento a Taras Shevchenko, el escritor más importante del país, que murió tal día como hoy en 1861. Los manifestantes han cantado el himno ucraniano y han desplegado carteles contrarios a la URSS y otros que criticaban a Putin. El sentimiento nacional en esta comunidad está herido desde que a finales del mes pasado militares rusos vestidos con uniformes sin enseña alguna tomasen el control de los puntos neurálgicos de la ciudad.
Advertencia desde Kiev
Por otra parte, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, aseguró hoy que Ucrania no cederá "ni un centímetro de su tierra" a Rusia, que lleva a cabo una intervención militar encubierta en la península de Crimea.
"Ésta es nuestra tierra. Por esta tierra dieron su sangre nuestros padres y abuelos. Y no cederemos ni un centímetro de la tierra ucraniana", dijo Yatseniuk, al intervenir en un mitin en Kiev ante la estatua del poeta y héroe nacional ucraniano, Taras Sevchenko, en el 200 aniversario de su nacimiento, informa Efe.
También se ha informado de que Yatseniuk visitará Washington la próxima semana para mantener conversaciones sobre la crisis en Crimea, ha confirmado un funcionario de la Casa Blanca.
Jornada de numerosas manifestaciones
Durante toda la jornada, se están registrando importantesmanifestaciones en diferentes ciudades ucranianas. Un grupo de manifestantes prorrusos dispersó violentamente un mitin de apoyo a las nuevas autoridades ucranianas en la ciudad de Lugansk (este de Ucrania) y bloqueó la sede de la Administración regional.
Según varios testimonios, recogidos por la agencia Unian, una media hora después de que empezaran las dos manifestaciones, losprorrusos atacaron a sus "oponentes" empujándoles de la plaza mayor de la ciudad.
Alrededor de 3.000 manifestantes, que apoyan a Moscú, rodearon el edificio de la Administración ante unos 150 agentes de seguridad que no intervinieron.
La misma fuente añadió que algunos activistas habían conseguido subir al tejado del edificio para retirar la bandera ucraniana e izar la bandera tricolor rusa con aplausos y gritos de alegría.
Los manifestantes, que han tomado el control sobre las entradas en el edificio, exigieron la destitución del nuevo gobernador de la región de Lugansk, Mijaíl Bolótskij.
Los participantes en ese mitin no reconocen a las nuevas autoridades de Ucrania, que llegaron al poder tras derrocar al presidente Víktor Yanukovich, refugiado ahora en Rusia.
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