La acumulación de tropas cerca de la frontera ucraniana es una reacción a la inestabilidad que hay en Ucrania. "Tenemos fuerzas en la región que limita con Ucrania, algunas están emplazadas allí de manera permanente, y otras han llegado de refuerzo como reacción a lo que está ocurriendo dentro de la propia Ucrania", dijo Dimitri Peskov, el portavoz del Kremlin.
La OTAN ha denunciado que la Federación Rusa mantiene en la actualidad un contingente de 40.000 soldados desplegados en la frontera con Ucrania. Y no están de maniobras, sino preparados para entrar en combate. El secretario general de la alianza, Anders Fogh Rasmussen, dijo el pasado día 10 de abril que si Rusia se tomaba en serio las negociaciones, debía retirar las tropas, pero Rusia negó que hubiese aumentado su presencia militar en la zona.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo en el canal Rossia 1 que Ucrania "es un país donde ha habido un golpe de Estado, por lo que naturalmente cualquier país va a tomar precaución en lo que se refiere al refuerzo de la seguridad". También ha recordado que como país soberano, Rusia puede desplegar sus tropas en su propio territorio son restricciones. Putin rechazó los intentos de comparar la operación antiterrorista que Rusia llevó a cabo en el Cáucaso del Norte en la década pasada con las acciones de Kiev para recuperar el control sobre el este de Ucrania. "Hay una diferencia enorme, y es que en el Cáucaso del Norte nos hemos enfrentado a una agresión del terrorismo internacional, a bandas entrenadas que recibían armas y pertrechos del extranjero", subrayó el líder ruso.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, insistió en que Kiev "debe cumplir de forma inmediata las cláusulas de la Declaración de Ginebra que prevé en particular la renuncia a las acciones violentas y el inicio de un diálogo nacional sobre la nueva Constitución con la participación de todas las regiones y las principales fuerzas políticas".
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