El oro logrado por la joven rusa Adelina Sotnikova en patinaje artístico ha levantado ampollas, dentro y fuera del hielo. Mientras en Rusia presumen con orgullo de su primera victoria en esta modalidad en los Juegos Olímpicos, fuera del país, y especialmente en Estados Unidos y Corea, patinadores, entrenadores e incluso jueces e instituciones han puesto el grito en el cielo. Pese a hacer un ejercicio muy bueno, la rusa "no merecía ganar". "Esto es muy, muy injusto", decía en grandes titulares el diario Korea Times. En los foros de internet, las críticas hacia las puntuaciones de la final no hacen más que crecer.
Fue una final con tres patinadoras claramente por encima de las demás, el problema ha sido su posición final en el podio. Sotnikova -la rusa- hizo siete triples, mientras que la surcoreana Yuna Kim y la italiana Carolina Kostner hicieron seis. Pero las notas en componentes y en la parte interpretativa y artística de la segunda y tercera deberían haber sido, a ojos de expertos, atletas y entrenadores, más altas que las de la rusa. Y la polémica no ha hecho más que empezar.
En algo menos de 48 horas, la petición para que la ISU revise las notas de la final femenina, y de paso cambie el sistema de puntuación del patinaje artístico para hacerlo más transparente, ha recogido 1.954.000 firmas, en menos de 48 horas. Según ha explicado la propia plataforma donde se recogen las firmas online, es la petición de más rápido crecimiento de la historia del portal Change.org, y en las primeras horas ha llegado a sumar 100.000 nuevas firmas cada hora. El 90% de las peticiones, eso sí, vienen de Corea del Sur, país de origen Yuna Kim, a quien todos los expertos en patinaje consideran, junto a Kostner, las más perjudicadas por las notas de la final.
"Simplemente no puedo creer cómo los jueces han dado unas puntuaciones tan parecidas a Yuna y a Sotnikova en los componentes", explicaba el ex patinador y medalla de oro olímpicaKurt Browning. La alemana Katarina Witt, doble oro olímpico en Sarajevo y Calgary, era mucho más explícita. "Estoy atónita por este resultado, no entiendo las puntuaciones. Yuna Kim merecía ganar", decía al ver las notas.
El panel que puntuó a las patinadoras de la final estaba compuesto por nueve jueces, de los que cuatro eran de países del denominado "bloque soviético": Rusia, Ucrania, Estonia y Eslovenia. Las jueces de EEUU, Gran Bretaña, Suecia y Corea del Sur no puntuaron en la final, aunque sí en el programa corto del día anterior. Además, el ucraniano Yuti Balkov fue suspendido durante un año tras probarse que trató de amañar las puntuaciones en la categoría de danza de los Juegos de Nagano 1998, y la rusa Alla Shekhovtseva es la mujer del presidente de la Federación Rusa de patinaje artístico. Demasiadas casualidades para muchos, que han llegado a pedir explicaciones a la Federación y al Comité Olímpico Internacional.
"Las puntuaciones las dan los jueces y yo no estoy en posición de comentarlas, mis palabras no cambiarían nada", dijo la coreana Kim tras la polémica. "Lo más importante para mí ha sido poder participar en estos Juegos", explicó, tratando de zanjar la polémica.
Otras participantes en la final del jueves fueron mucho más críticas. Como la estadounidense Ashley Wagner, que terminó séptima, y que dijo tras la final que "la gente no quiere ver un deporte en el que ves que algunos deportistas se caen y sus puntuaciones quedan por encima de alguien que patina sin caerse",
"No somos conscientes de que haya quejas por las puntuaciones. A nosotros, desde luego, nadie nos ha reclamado", explicó en rueda de prensa Mark Adams, portavoz del Comité Olímpico Internacional en Sochi. "Si nos llega, lo primero que había que hacer es hablar con la ISU. Si no es una reclamación con fundamento, no haremos nada", explicó.
Por su parte, el presidente de la ISU, el italiano Ottavio Cinquanta, se mostró tranquilo y simplemente remarcó que no entiende "cómo la gente está utilizando la palabra escándalo en este asunto o relacionándolo con las puntuaciones". Cinquanta ya era presidente de la Federación Internacional cuando en Salt Lake City un escándalo similar se demostró cierto, y terminó con un cambio en las posiciones de podio tras descubrirse amaños entre jueces franceses y rusos para beneficiar a sus respectivos patinadores en las categorías de parejas y danza.
Consecuencia de ello, no sólo se "devolvió" la medalla de oro en parejas a los canadienses Jamie Sale y David Pelletier, sino que se cambió el sistema de puntuación y optó por que la nacionalidad de los jueces se mantenga en secreto y no se pueda saber qué notas da cada juez a cada patinador. "La gente tiene que ser responsable de sus puntuaciones, hay que dejar atrás este sistema anónimo de puntuaciones. Hay muchos cambios que tenemos que hacer en este deporte", reclamó Wagner. "Tenemos que cambiar este sistema", ha dicho la Federación Estadounidense.
Jamie Sale, la canadiense afectada por el escándalo de Salt Lake City, fue incluso más incisa. "No soy juez pero he visto la final femenina y estoy absolutamente en desacuerdo con las puntuaciones. ¿Y ahora que, ISU?", reclamó.
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