Unos científicos de la NASA han sacado a la luz algunos de los entresijos del funcionamiento interno del gran agujero de la capa de ozono que anualmente se forma sobre la Antártida. Entre los hallazgos, destaca el de que la disminución de los de los clorofluorocarbonos (CFCs) en la estratosfera lograda con el Protocolo de Montreal, el primer tratado internacional de la historia en regular agentes contaminantes, no ha causado todavía una recuperación clara de la capa de ozono en la región del agujero.
Más de 20 años después de que dicho Protocolo de Montreal limitase las emisiones humanas de las sustancias que disminuyen la presencia de ozono en la estratosfera, las inspecciones de la zona del agujero de la capa de ozono efectuadas por satélites han mostrado que, esencialmente, se ha estabilizado, dejando de adoptar tamaños cada vez mayores. Sin embargo, dos nuevos estudios muestran que aún no hay signos claros de recuperación.
La presencia de agujeros ocupando áreas más pequeñas, y la existencia de una cantidad total de ozono más grande, no necesariamente son evidencias de recuperación atribuibles a la disminución del agente químico culpable, tal como argumenta Susan Strahan, del equipo de investigación, y científica del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt.
Para averiguar lo que ha estado sucediendo dentro del agujero de ozono, Strahan y Natalya Kramarova, también del Centro Goddard, se valieron de datos obtenidos por satélites para así asomarse al interior del agujero.
http://noticiasdelaciencia.com/not/9147/el_agujero_en_la_capa_de_ozono_no_se_agranda_pero_tampoco_se_reduce/
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